No me había dado cuenta que ese Pedro se había escondido esperando "algo" que lo hiciera asomarse otra vez, ni si quiera sabía si algún día regresaría.
Ahora se que el está ahí, que no se ha sido. Que aunque ya no soy el mismo que algún día fui, tampoco he dejado de ser el. Soy ese yo que ayer vi, incluso soy ese yo que ayer fui. Soy más de mi de lo que nunca he sido, y me alegra que no se ha quedado nada de mi en el camino.